29 de mayo de 2012

TU TODO Y MI NADA



“El blanco no es ningún color,
es la ausencia de color”,
decías…
Yo soy el blanco entonces,
soy la ausencia de ti,
el vacío de tu cuerpo.
Siempre creí
que el negro era el color de la nada,
el color del inmenso infinito,
del silencio.
“El invierno huele a naranja
y mandarina, a castañas asadas,
al jabón de casa de tu madre”.
Me perdería en el azul
del mar,
cruzaría a nado esa profundidad verdosa
hasta llegar a ti.
Y te encontraría
rosada,
con el color del fuego de tu piel,
con ese sabor a sal
de tus pechos desnudos.
Y me vestiría aprisa,
casi sin pensar,
después de hacerlo contigo.
En el tren de regreso
aspiraré tu aroma, lentamente,
igual que el humo gris
de uno de mis cigarrillos.
Y me quedaré solo,
con mi blanco y mi negro,
con el azul y verde del mar,
con el rosado de tu rostro
y mi humo gris,
con tu todo y mi nada…

2 comentarios:

  1. preciso poema ,sobre todo me han enamorado los 6 primeros versos.
    Un besazo

    ResponderEliminar
  2. Me gusta el abanico de colores que, después de todo, queda recogido en ti.

    M.

    ResponderEliminar