3 de julio de 2013

LA LÓGICA DE LA PRIMAVERA



Llegas vestida de recuerdos

y me ofreces el calor de tu abrazo,

vienes después de un parón

de diez años y me regalas

caricias y besos de madrugada.

Vienes y a mí me parece que llegas

con la lógica de la primavera,

con esa locura sin sentido

de quien ha perdido algo

y se lanza desesperado

a encontrarle repuesto.

Vienes con tristeza en los ojos

y yo en los míos tengo campos

yermos y secos de quien ha agotado

su cupo de llantos.

Y sé que podría aprovecharme

de tu situación, de tu ser vulnerable,

sé que podría trazar una venganza

cocida al fuego de dos lustros,

sé que podría estar bien,

que hasta podría funcionar y ser

como el brote verde en la maceta

del olvido.

Pero aún así,

ahora mismo no te necesito

ni encuentro restos de la hoguera

que ardía con tanta fuerza

cuando éramos como Mickey y Mallory,

asesinos natos del tiempo

y la distancia.

Así que ni siquiera me preguntes

cómo estoy,

sal de mi vida de la misma forma

que aquel noviembre: de un portazo.

Y no vuelvas

si no quieres que el monstruo del rencor

te corroa el alma y caigas

por intratables precipicios

como ya cayó este que te habla.

Llévate tu verano y deja que me habite

el invierno que tanto me gusta,

dale tu calor a otro que lo necesite

y sé feliz…

conmigo no lo seríamos ninguno de los dos.