18 de junio de 2015

ME DECLARO CULPABLE




Juro decir la verdad,
toda la verdad
y nada más que la verdad,
prometo contar al mundo
lo que eres para mí,
cómo logras que me sienta
yo mismo contigo,
que mis ojos sólo saben mirar
si tú estás enfrente
y son tuyos como lo soy todo yo,
que me gusta tu vida
y todo lo que conlleva,
lo bueno, lo malo y el porvenir,
que me gustan tus treinta y tantos,
verte vestida con vaqueros
o con un vestido y tus tacones,
que no eres el problema,
cariño,
que eres la solución,
la cura de todos mis males,
que me cuidas y me quieres
como nunca lo ha hecho nadie,
que adoro verte dormir
tanto como adoro verte reír
con mis chistes malos,
que Madrid sólo amanece
si tu abres los ojos,
que no existe el poema
que te haga justicia,
que lo que otros se pasan
media vida buscando
yo me dedico a vivirlo contigo,
que pierdo mi norte
cuando viajo al sur de tu cuerpo,
que cuando te corres
provocas un tsunami
al otro lado del mundo,
que me vuelves loco
porque me inspiras dulzura
y al mismo tiempo
con sólo mirarte a los ojos
consigues que conjugue follar
en todos los tiempos verbales
en los que detrás quepa un contigo,
que te admiro por tu fuerza y tu coraje,
porque metiste tu corazón
en un búnker
pero me dejaste abierta la puerta,
que has leído tantos libros
que no cabrían en tus maletas,
que escribes versos que hablan de mí
y yo me siento el rey del mundo,
que soy republicano
pero tú eres la reina de mi vida,
que quieres dar la vuelta al mundo
conmigo
y yo no pienso soltarte la mano,
que en tus labios y en tus brazos
soy mejor persona,
que mereces ser feliz
y no me pongo otro objetivo,
que es lunes
y ya es viernes,
que es martes y sábado,
que si me dan a elegir
un lugar donde morir
elijo tus pechos de niña,
que si fuera gota de sudor
moriría resbalando
hasta el piercing de tu ombligo,
que mi nombre suena mejor
con tu voz,
que por llevarte dentro te comería,
que hasta mi sangre es tuya,
vida mía,
que esto no es todo,
que es sólo el comienzo,
que como acusado que soy
de este placer inmenso
que es amarte,
si la pena es la cárcel
de tu piel,
me declaro culpable.

4 de junio de 2015

MUJER IMAGINARIA




Imagina que quiero besarte y no eres tú,
que desnudo tu cuerpo y no te encuentro bajo la ropa,
que paseo contigo de la mano
y me sorprendo, a las tres de la mañana, borracho
y agarrado a una farola.
Imagina que tropiezo con tu risa en cualquier vagón de tren
y tus labios no tienen tu sabor ni tu esencia,
que te encuentro haciendo autostop de camino a tu barrio
y quien se sube a mi coche es otra mujer con tu cara,
con tu olor a sexo empapado.
Imagina que nos bañamos desnudos y juntos en cualquier playa
y las olas me traen sólo el salitre de tus ojos pero no tu alma,
que cruzase el mar la estela de un cometa con nuestro pasado,
que la luna llena no provocara mareas porque ansiara
provocar el vuelo de tu falda.
Imagina que te llamo con ese nombre tuyo que cobija del frío
y no te giras, no consigo resbalar mi voz por tu garganta,
imagina que mirase al cielo desde tu portal buscando aviones,
una constelación de los lunares de tu espalda
y no encontrara más que el  vacío y la nada.
Imagina tú que yo no quiero, no me da la gana,
no quiero perder la ocasión de estrellarme en tu mirada,
de hablar tu idioma y desde tu lengua,
de ser tu habitante, tu estación de regreso, tu equipaje,
ser, en definitiva, hogar y cama.