21 de marzo de 2013

A ESTO ME REFIERO


Tengo alergia a que te vayas lejos, a que no llames a deshoras
con voz sensual y diciendo: “podrías venir a follarme”.
Detesto cuando pasan los días y sólo me ofreces un amor de Ikea
que tengo que montar por piezas,
cuando en la soledad de mis noches no tengo agarradas
tus tetas para dormir…

Tengo alergia de la rapidez con la que pasan las estaciones
y el Metro no se detiene para que pueda bajarme…
Próxima estación: primavera.
Y yo miro la vida como el que mira la oscuridad del túnel
desde la ventanilla del vagón.
A veces me dan ganas de tirar  del freno de emergencia,
pararlo todo y mandar a la mierda tus recuerdos.

Ayer puse una lavadora y todo era ropa mía,
abrí los armarios y no olía a ti y en el baño no había
paquetes de tampones ni tu secador de pelo…
A esto me refiero, a que sin ti los días son cadenas perpetuas
de vacío y silencio.

Y hasta empieza a gustarme,  no te digo más…

19 de marzo de 2013

RESTOS DE NUESTRO NAUFRAGIO


Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.
He apagado raudo la luz de las hogueras
y he borrado todos los mensajes de auxilio.
Afortunadamente el buque ha pasado de largo.
Rodolfo Serrano


No quedó nada,
tan sólo algunas tablas de madera
flotando en el agua
y alguna maleta olvidada
que logró alcanzar la playa.
Ahora, como un náufrago,
me he dejado barba de cien días
y le hablo a tu recuerdo.
Lo llamaré Viernes.
A veces enciendo una hoguera
en mi corazón por si alguien
acude a rescatarme,
o escribo “help” en la orilla de mis miedos
por si alcanzas a verlo desde tu cielo.
Pero a pesar de todo vivo bien,
he ido soltando lastre
y ya no me pesas,
conseguí salvar mis muebles
de la mejor manera posible y encontré
respuesta a preguntas que nunca te hice
entre los restos de nuestro naufragio.

18 de marzo de 2013

AUTODESTRUCCIÓN



todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto
único motivo
de seguir vivo y a la mierda
con la autodestrucción...
Escandar Algeet

Que sí,
que yo también he viajado a lomos del viento de su pelo
y he naufragado cientos de veces en su orgasmo
con mi barca de pesca de lenguas.

Que sí,
que yo también he sentido la caricia de su voz en mi oído
y las descargas eléctricas de su cuerpo al retorcerse
como una anguila cuando se corre.

Que sí,
que yo he estado dentro de su pecho y he escuchado mi nombre
en cada uno de sus latidos, aunque tiempo después entendí
que sus labios repetían a espasmos lo que su cabeza negaba.

Que sí,
que hoy la he visto a lo lejos, sentada en un banco del parque
y se me han caído las pelotas al suelo cuando he visto
acercarse a ese tipo que era carne de gimnasio.

Sí,
hoy he sentido las mariposas de mi tripa volverse zombis
y podredumbre como un episodio de Walking Dead
y me han dado ganas de pegarles un tiro.

Sí,
hoy la vida me ha dado una ostia donde más me duele,
me ha arrastrado de los pelos de los huevos y me ha dejado
en pelotas delante de todos tus recuerdos.

Que sí,
que sé que prometí no volver a pensarte y aquí me tienes,
como un gilipollas a la puerta de tu casa con unas cervezas
y una nota escrita en la frente que dice “perdóname”.

Y sí,
lo sé… No llamaré al timbre y me volveré como un cachorrillo
asustado a casa, me sentaré en el sofá a beberme las cervezas
mientras me consuelo viendo Malditos Bastardos

Al fin y al cabo a Tarantino no le debo nada mientras que a ti
y a tu cama os debo noches en vela de sudor y gemidos.

¿Sabes? Sigues igual de guapa que siempre,
qué hija de puta la vida que me apartó de tu lado,
aún sabiendo que debía ser yo el que amaneciera
contigo cada día hasta el fin del mundo.

10 de marzo de 2013

TE LLAMARÉ INVIERNO


Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.
Pablo Neruda

Por cada fría caricia de madrugada
te llamaré invierno,
por tus besos falsos de atrezzo,
por esa forma tuya de mirarme
con desprecio.
Te llamaré invierno
por todas y cada una de esas llamadas
que nunca respondías,
por tu tono cortante cuando
me hablas.
Y cada primavera,
cuando el sol acuda a mi ventana
y traiga el deshielo de tu recuerdo,
te llamaré invierno
para nunca olvidar que a veces
las personas congelan más el alma
que el frío de la calle.
Te llamaré invierno
y sabrás que llevas el nombre
de mi estación favorita
aunque no por eso te espere
ni deje de abrigarme contra tu llegada.
Te llamaré invierno
igual que podría haberte llamado
hiel o amargura o sal en las heridas.
Y el caso es que ya apenas dueles
ni te siento…
Será el frío.