2 de agosto de 2015

NOMBRE DE MUJER




No consigo dormir.
Tengo una mujer atravesada entre los párpados.
 Eduardo Galeano
Yo también tengo
una mujer atravesada en los párpados,
atravesada en la garganta, en mi cerebro
pero también
atravesada en mi corazón como lanza de fuego.
Mi insomnio tiene nombre de mujer,
tiene sus formas, sus curvas, su figura,
también tiene su voz, el sonido de su risa,
el eco de sus gemidos, de su orgasmo a gritos,
el olor de su ropa interior, de su sexo mojado,
la kilométrica distancia entre sus pechos
y la punta de sus pies,
su piel de terciopelo, su pelo en llamas,
su alma gitana y sus labios como dulce
perdición de carne abrasadora.
Yo también tengo
una mujer atravesada en los párpados,
bailando mis horas de desvelo,
danzando en círculos en el techo de mi cuarto,
buscándome las cosquillas y las dudas,
como dijo Galeano,
desnudándome y desdudándome,
huyendo de mí hacia otros brazos,
dejándome más solo
pero más lleno de regresos,
dando la vuelta al mundo
para acabar abrazándose a mi espalda.
Mi insomnio tiene su nombre,
mujer planetario que dibuja constelaciones
con los lunares de sus clavículas,
mujer tierra prometida y casa,
calor de verano y brisa de mar en calma,
mujer de versos, habitante de mis amaneceres,
hechicera de la luna llena,
mujer que se ha construido a sí misma,
que venció al desamor
y que pintó, con sus labios rojos,
corazones que se desangran como el mío.
Yo también tengo
una mujer atravesada en los párpados
pero no quiero que se vaya,
quiero que permanezca cerca
por si me invade la utopía del futuro a medias,
por si consigo adquirir, con ella, mi derecho
al delirio de sus noches de guerra,
a la paz de su abrazo dormido.
para darle mis venas abiertas que son suyas,
para quedarme a vivir en sus fronteras y ser
exiliado voluntario
en el placer infinito que provoca su presencia.

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