23 de julio de 2012

MEMORIA CERO


Me pierdo

entre tantos lugares ajenos,

entre tanto recuerdo lejano,

donde el corazón habitaba

los rincones que la memoria

había dejado vacíos…
 

No bastaba

con dejar correr el motor del reloj,

con no mirar atrás y cerrar los ojos.

Se hacía necesaria una pausa,

un descanso emocional sin “peros”

y sin condiciones.
 


Volvimos a retomar

la rutina de leer entre líneas,

la rutina de escuchar caracolas,

de maldecir al pasado

y a ser conscientes de que el tiempo

jugaba

                                                         en

  otro

                                     equipo.

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