4 de junio de 2012

AL TERCER DÍA…



Y al tercer día…
Resucité de tu ausencia,
me hice fuerte y aprendí
que hay cosas que es mejor
borrar de la memoria.
Me levanté el optimismo,
le robé horas de sueño al colchón,
sequé las lágrimas
y grité tu nombre.
Fue la última vez…
Después de eso nunca más
volví a recordarte.
Ni siquiera ahora sé
cuál es tu nombre,
ni que sabor tenían tus besos
o la seguridad que encontraba
entre tus piernas.
Mis dedos han arrinconado
el tacto de tu piel
y no te extrañan.
Al tercer día
supe que tu olvido era mi suerte,
como tú fuiste a ratos
la suerte de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario