Imagina que
quiero besarte y no eres tú,
que desnudo tu
cuerpo y no te encuentro bajo la ropa,
que paseo
contigo de la mano
y me sorprendo,
a las tres de la mañana, borracho
y agarrado a
una farola.
Imagina que
tropiezo con tu risa en cualquier vagón de tren
y tus labios no
tienen tu sabor ni tu esencia,
que te
encuentro haciendo autostop de camino a tu barrio
y quien se sube
a mi coche es otra mujer con tu cara,
con tu olor a
sexo empapado.
Imagina que nos
bañamos desnudos y juntos en cualquier playa
y las olas me
traen sólo el salitre de tus ojos pero no tu alma,
que cruzase el mar
la estela de un cometa con nuestro pasado,
que la luna llena
no provocara mareas porque ansiara
provocar el
vuelo de tu falda.
Imagina que te
llamo con ese nombre tuyo que cobija del frío
y no te giras,
no consigo resbalar mi voz por tu garganta,
imagina que
mirase al cielo desde tu portal buscando aviones,
una
constelación de los lunares de tu espalda
y no encontrara
más que el vacío y la nada.
Imagina tú que
yo no quiero, no me da la gana,
no quiero perder
la ocasión de estrellarme en tu mirada,
de hablar tu
idioma y desde tu lengua,
de ser tu
habitante, tu estación de regreso, tu equipaje,
ser, en
definitiva, hogar y cama.
Bellísimo...
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