“… cuando estos ojos se
hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme”
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme”
Mario Benedetti
Cuando estos ojos
se hartan de baldosas,
cuando quiero
dejar de mirar al suelo,
triste
cierro los
párpados
y en la soledad de
mi oscuridad primera
te veo,
veo tu sonrisa,
veo tu rostro arco iris,
veo tu cuerpo de
ánfora desnuda
e imagino un
abrazo.
Cuando estos ojos
se hartan de soledades,
cuando dentro no
hay más que dos cuencas
vacías,
me encierro en la
paz de mi silencio.
Y allí te
encuentro
rodeada de mar,
abiertas
tus piernas de
salitre y arena.
Cuando estos ojos
dejan de mirar al mundo
y el cielo no es
más que una postal azul
y blanca,
te miro, con ojos
de deseo,
lo confieso,
deseo de tu
cuerpo,
pero deseo de tu
alma,
que vengas con
palabras nuevas,
con sonrisas
sinceras,
con gestos de esos
caros.
Cuando estos ojos
se sumergen en mi limbo de besos
reinan la paz, tu
cuerpo y tu saliva,
no pasa el tiempo,
las agujas del
reloj bailan su retroceso y se paran…
Stop, tú y yo…
Nadie existe.
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