Siempre quisiste
ser un pájaro,
estoy seguro,
Sólo así se
explica tu afán por volar,
por estar siempre
en las alturas,
al borde del vacío
y de la nada.
O quizás es que
los gatos
le pertenecen a la
Luna y ella les llama.
Sé que eras un
ángel de cuatro patas,
estuviste conmigo
en mis momentos
más duros,
me diste consuelo
y cariño,
me hiciste reír,
como ahora
me has hecho
llorar.
Al final has
volado,
has partido hacia
esa luna que os llama…
Al recogerte del
suelo aún seguías viva,
luchaste…
Creo que me
buscabas,
buscabas mi
mirada, mi sonrisa y mis caricias,
buscabas mis pies
con los que tanto
jugabas.
Y no he sabido
estar en tu último momento,
no he sabido
responder,
no lo he aceptado,
he huido y tú me
necesitabas allí…
Cuando he llegado
ya habías partido
y tus ojillos
azules me miraban sin vida,
inertes…
No me guardes
rencor, te lo pido,
ahora me quedo
solo,
he muerto un poco
contigo,
se me han escapado
años de vida…
Te voy a extrañar
mucho,
más que a algunas
personas.
Espérame donde
estés,
algún día llegaré,
mi niña.
Y podrás de nuevo
dormir en mi pecho
y jugar con mis
pies.
No sabes cómo
siento que tus ojos
no me hayan visto
justo antes de
irte.
Será una losa con
la que cargue
el resto de mi
vida…
Te quiero pequeña
Ishii,
hasta pronto, mi
ángel.
Precioso homenaje!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo