Ella es la musa que todos anhelan,
construye castillos en el aire
con la arena blanca de este invierno
que se escapa fugaz entre los árboles.
Ella es imperfectamente perfecta
y hasta sus defectos la hacen más deseable,
es el paradigma de la belleza,
la definición exacta de pasión y desenfreno,
el significado oculto de un tesoro escondido.
Ella es el mar y hasta su nombre lo detiene,
provoca mareas
y en su voz anida el rumor de las olas
cuando rompen contra el malecón del insomnio,
lleva en su cuerpo laberintos de fuego
y hasta la inspiración se doblega a su paso.
Podría estar hablando de la poesía,
pero es que incluso los versos se vuelven nada
cuando ella los devora entre sus sábanas
haciéndolos pedacitos de olvido y silencio.
Ella es faro en mitad de la noche,
es abrazo esperando ser abrazada,
es calor desvelado y hambre feroz de latidos,
es secreto y afán por sentir.
Ella es única e irrepetible,
no ha pisado este mundo ni lo pisará
una mujer con sus ojos,
tan grandes, tan elocuentes,
una mujer con sus labios,
tan llenos de besos por regalar,
una mujer con su corazón desbocado,
buscando, esperando ser liberada,
con su forma de ver la vida,
tan deprisa, tan sin medida,
con su increíble forma de correrse
y dejar eclipses de luna tras cada orgasmo.
Ella es ella,
es suya y no es de nadie,
es dueña de todo lo que veis porque nada se le
resiste,
ella le da sentido al paso del tiempo,
detiene los relojes siempre a la misma hora,
da las campanadas de medianoche
y, con el vuelo de su vestido,
hace salir el sol
y despierta a los trenes dormidos.
Qué preciosidad
ResponderEliminarEnhorabuena