Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.
Pablo Neruda
Por cada fría caricia de madrugada
te llamaré invierno,
por tus besos falsos de atrezzo,
por esa forma tuya de mirarme
con desprecio.
Te llamaré invierno
por todas y cada una de esas llamadas
que nunca respondías,
por tu tono cortante cuando
me hablas.
Y cada primavera,
cuando el sol acuda a mi ventana
y traiga el deshielo de tu recuerdo,
te llamaré invierno
para nunca olvidar que a veces
las personas congelan más el alma
que el frío de la calle.
Te llamaré invierno
y sabrás que llevas el nombre
de mi estación favorita
aunque no por eso te espere
ni deje de abrigarme contra tu llegada.
Te llamaré invierno
igual que podría haberte llamado
hiel o amargura o sal en las heridas.
Y el caso es que ya apenas dueles
ni te siento…
Será el frío.
Bueno, no me atrevo a decirte más nada, simplemente que es precioso.
ResponderEliminarVaya estación más bonita has montado con unos versos y algo de frío causado por una ausencia.
Un saludo.