1 de noviembre de 2012

PARAR EL ASCENSOR


 
Vivo al límite como si tuviera mis manos agarrando tu pelo,

como colgando de una mueca de tus labios.

Vivo con el deseo inacabado, con el ansia de arrancarte la ropa,

con las ganas de parar el ascensor que sube a tu casa.

Decoro realidades con tus ojos y me fundo en el vacío de tus llamadas,

en el batir de tus pestañas y en la forma como te dibujan tus vaqueros.

No hay debate si esta noche vienes a verme,

no hay disputa si al amanecer mis brazos rodean tu cuerpo,

si nos separan dos milímetros y una gota de sudor.

Pero si no vienes deshago páginas en blanco

y me encierro en noviembres grises.

Si no llamas, el teléfono te extraña y mis paredes

repiten el eco de tus gemidos,

mi almohada te llora y hay un niño no nacido en mi mirada

que pregunta si hoy vendrá su mamá.

1 comentario:

  1. Me ha encantado, por su intensidad, se sienten los sentimientos, se siente la angustia y la esperanza. Gracias por escribir.

    ResponderEliminar