A veces
gritar es acariciarte los
muslos. o torpemente
girar con el escualo de
tu sueño aterido
Jorge Riechmann
Escribo este
poema
sobre la piel
desnuda
de tu
vientre,
para que
nunca olvides
que, a pesar
de la
distancia,
tan sólo nos
separa
el trazo de
mi pluma,
para que
entre mis dedos
y tu ombligo
tan sólo haya
un milímetro
de tinta
roja,
para que tus
ojos,
que no pueden
verme
aún,
sientan con
qué luz
te dibujo
sobre mis
versos,
para que
comprendas
que lo dicho
sobre estas
hojas
quedará
grabado
a fuego
sobre la piel
de tu vientre,
mi refugio.
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