¿Sabes?
En
cierto modo entiendo
que
le cueste olvidarte,
que
al buscar
en
su diccionario interior
no
encuentre cómo asociarte
a
la palabra olvido.
Gran
parte de culpa
la
tienen sus propios demonios,
que
antes de llegar
pasan
por OCULTO,
sus
miedos y sus mentiras,
su
personalidad enfermiza,
OBSESIÓN,
por
controlarlo todo,
por
controlarte,
OBLIGACIÓN,
esa
que tenías de no ser
quien
en realidad eres
por
si a él no le gustabas,
OBSTÁCULOS,
esos
que ponía
a
cada uno de tus pasos, a tu vuelo,
OCASIÓN,
esa
que tuvo de hacerte feliz
y
dejó que se escapara...
Pero
ahora que soy yo
a
quien regalas tus noches,
puedo
decir,
sin
miedo a equivocarme,
que
llegar a ese vocablo
tan
doloroso
no
es sencillo,
por
el camino hay centenares
de
cosas buenas:
OASIS,
ese
de felicidad que provocas,
de
paz interior,
de
pasión sin límites,
OBVIO,
lo
que resulta
amarte
al conocerte,
sentir
tu poder de atracción,
ODA
al
infinito que despiertas
en
cada beso,
OLEAJE
en
mi interior
si
me pierdo en tu mirada
OLOR
a
ti, a tu cuerpo,
a
tu sexo ingrávido,
OBSEQUIO
que
me ofreces cada día,
lo
que siento estando contigo.
Amor,
no
es fácil alcanzarlo
cuando
se trata de ti,
duele,
abrasa,
retuerce
cada nervio del cuerpo
pensar
en tu desmemoria,
en
el vacío de tu ausencia.
Permite
que lo borre
de
mi vocabulario
y
me dedique a amarte,
a
cuidar de que estés bien,
a
disfrutar de cada instante juntos
sin
pensar en el mañana
y
que sea el olvido
quien
se olvide de nosotros.
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